domingo, 10 de enero de 2016

Juan Carlos Salvatierra: “Soy muy exigente conmigo mismo”

DEPORTISTA | ES UNO DE LAS FIGURAS MÁS RECONOCIDAS EN EL DEPORTE BOLIVIANO Y HOY SE DESTACA ENTRE LOS INTERNACIONALES QUE SE DEDICAN AL MOTOCICLISMO.

Con las 4:00 de la madrugada en Santiago de Jujuy. La noche anterior una intensa tormenta ha azotado toda la región. Ahora es una llovizna persistente que golpea los techos de las casa de esta ciudad del norte argentino. Mientras la mayoría de la población de la urbe duerme, Juan Carlos Salvatierra ya está de pie. El sol no ha salido aún, pero él ya sabe que le espera una larga jornada. Como desayuno se sirve algo ligero e inmediatamente da paso al ritual: desvestirse y quedar en ropa interior. Luego tiene que colocarse una especie de armadura compuesta por protectores de rodillas, de codos, de hombros y de pecho. Finalmente, la ropa que todos ven, el casco, las pesadas botas, el chaleco y el pantalón de competición en el que se aprecian los logos de todos sus patrocinadores y, sobre todo, los colores de la tricolor: rojo, amarillo y verde.

Con todo encima, Juan Carlos Salvatierra está listo para competir. Antes de salir de la casa rodante, cierra las ojos y se repite unas cuantas frases, como tratando de automotivarse, de recordarse a sí mismo que nunca debe bajar los brazos ni rendirse.

Afuera, bajo la llovizna que no para, lo espera su motocicleta. Se trata de una KTM de 450 centímetros cúbicos, capaz de llegar a los 200 kilómetros por hora de velocidad en un abrir y cerrar de ojos. De color naranja y estampa imponente, la moto se asemeja a un caballo de hierro, presto a rugir y a salir galopando.

Chavo, como lo conocen en Bolivia y en el mundo del motociclismo internacional, sale, se monta en la mota y acelera. A lo largo del día deberá recorrer más de 600 kilómetros, sortear centenas de obstáculos, cruzar decenas de arroyos y quebradas, subir montañas y atravesar un desierto de sal que se encuentra en las cercanías. Así es un día típico del piloto más representativo del país cuando participa en Rally Dakar, conocida como la prueba de velocidad más extrema y complicada del mundo. Este año, el deportista nacido en 23 de abril de 1981 en Santa Cruz, encara su sexta participación en el Dakar.



OH!: ¿Alguna vez pensó que se convertiría en un gran deportista?

Desde chico me gustaron los deportes, sobre todos aquellos que te llevan al límite. La primera vez que me subí a una moto, yo tenía tres años. Luego hice bicicross y bicimontaña, finalmente el motociclismo me atrapó. Cuando decidí que me dedicaría a esto, tomé la decisión de tratar de ser uno de los mejores, de llegar hasta donde más pueda.



OH!: ¿Es tímido o le gusta la atención de las cámaras?

No soy mucho de estar ante las cámaras, lo mío es subirme a la moto y acelerar. Muchas veces, luego de terminar una carrera, se me hace difícil dar entrevistas, porque uno se mete tanto en la competencia, que es como que se aísla del resto del mundo. Pero trato de lidiar con las cámaras en la medida de lo posible, siempre y cuando no afecte mi preparación ni rendimiento en una carrera.



OH!: ¿Cómo combina una pasión que es intensa pero peligrosa, con su vida familiar?

Más que peligrosa, el motociclismo es una actividad que requiere mucho tiempo, muchas horas de entrenamiento. Entonces, el reto es poder darle a mi familia el tiempo que necesita y entrenarme con la cantidad e intensidad necesaria para poder correr en motos y mantenerme en un buen nivel.



OH!: ¿Permitiría que sus hijas sigan sus pasos?

No sé, quizás en su momento ellas tengan que tomar una decisión. A lo que sí aspiro es que ellas puedan dedicarse a lo que realmente les apasione.



OH!: ¿Cuándo fue que se dio cuenta que las tuercas son su pasión?

Fue algo natural. Como dije antes, desde niño me dediqué a practicar deportes de velocidad y, hasta cierto punto, deportes extremos. Entonces, como que fue una evolución natural.



OH!: ¿Qué es lo primero que piensa cuando cruza una meta?

Muchas cosas pasan por mi mente. Lo primero que quiero saber es si tuve un buen rendimiento. Todo depende del tipo de competencia. Por ejemplo, si estás en el Dakar y cruzas la meta, uno piensa en su país, en la familia, en la gente que está pendiente de uno.



OH!: ¿Se siente satisfecho con su rendimiento?

Soy muy exigente conmigo mismo y quizás esa es una de mis virtudes y defectos al mismo tiempo. Siempre quiero llegar más lejos, lograr mejores resultados, escalar más alto. A veces, eso hace que me ponga mucha presión encima. Sin embargo, también es lo que me impulsa a lograr las cosas.



OH!: ¿Cuál ha sido su mayor frustración y cuál ha sido su mayor alegría?

Una de mis mayores frustraciones fue la del año pasado, cuando tuve que abandonar el Dakar 2015 por una lesión en la mano. Yo iba corriendo la cuarta etapa y una piedra que salió disparada de otro vehículo, me golpeó la mano y me provocó una fractura expuesta. Yo quería seguir en carrera, pero los doctores dijeron que era mucho riesgo. ¿Mi mayor alegría? Ganar el Rally de los Faraones en el 2014. Subir al podio de una de las carreras más importantes del mundo, con la bandera de Bolivia, es algo que no se puede describir.



OH!: ¿Cuál es su mayor ambición?

En este momento mi objetivo es llegar entre los 10 mejores del Rally Dakar. Todos mis esfuerzos están enfocados en lograr ese objetivo.



OH!: ¿Qué le gusta al Chavo además de los motores? ¿Cómo es un día ideal en su vida?

Me gusta compartir tiempo con mi familia. También me gusta pasear en bici, escuchar música y leer cosas que me puedan ayudar en mi preparación como deportista.


Perfil

Juan Carlos "Chavo" Salvatierra

Es un deportista boliviano que participa en el Rally Dakar desde hace varios años en la especialidad de motos. Nació en Santa Cruz de la Sierra, el 23 de abril de 1981, mide 1,70 metros y pesa 73 kilos.

Está casado con María Fernanda Cabrera y tiene dos hijas, Camila y Emilia.

A la edad de 16 años, ganó el Campeonato Nacional en la categoría 125.

Desde esta gestión hasta el 2007 se adjudica el primer lugar en nueve carreras de Bolivia en Motocross. Es el boliviano que más lejos ha llegado en el motociclismo participando en diferentes carreras.

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