Entre lágrimas, gritos de aliento y banderas agitándose, el piloto vinteño fue recibido ayer por el pueblo cochabambino, que celebró el surgimiento de un nuevo héroe.
Desde temprano, Cochabamba se preparó para recibir a su nuevo Hijo Predilecto, que no es otro más que Danny Nogales, el vinteño ahora afamado y querido.
La efervescencia colectiva por la presencia del corredor del Dakar se sintió a las 12:35 de ayer, cuando el piloto pasaba por El Prado valluno. Era el momento en el que la Dannymanía empezaba a pronunciarse mediante una gran caravana que daba cuenta de su presencia.
Con silbidos y bocinazos, Nogales se abrió paso por la avenida Ballivián junto a su moto (dorsal 153), rodeado de banderas tricolores. Antes, el vinteño estuvo por Suticollo, donde también fue ovacionado por el público que fue a verlo.
A la misma hora, se desarrolló una kermés solidaria en la entrada a Vinto, donde se congregaron sus allegados, amigos y seguidores para recibirlo en casa.
La gente tuvo que esperar hasta las 14:00 para ver el ingreso triunfal del Héroe del Pueblo, que se hizo camino en medio de la muchedumbre a bordo de su maltrecho motorizado.
Fue una especie de pasaje bíblico similar al de Moisés abriendo las aguas, salvando las diferencias en tiempo, espacio y contexto. Nogales fue sinónimo de aplausos, admiración y alaridos de apoyo.
El acto, preparado por el municipio de Vinto, fue acompañado por una llovizna tenue, a la que muchos le atribuyeron una suerte de emoción del cielo por ver a Nogales nuevamente en su tierra. Dicha llovizna paró en pocos minutos y dio lugar a un sol radiante que fue testigo de la emoción, la entonación del “Viva mi patria Bolivia” y algunas exclamaciones de personas que pidieron “justicia” para el corredor, quien fue descalificado por la ASO y tuvo que abandonar el Rally Dakar.
El vinteño corre desde 2013
A escala departamental, Danny Nogales compite desde hace seis años, aunque no llegó a cosechar grandes logros. En el ámbito nacional, corre desde el 2013, año en el que también incursionó en el Dakar Series.
“Siempre manejé motos”, comentó Danny, dejando en evidencia su distinción deportiva con respecto a su padre Simón Nogales, excampeón departamental de autos.
El piloto vinteño contó que tuvo que hipotecar sus coches para competir en el Dakar.
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