jueves, 14 de enero de 2016

El peruano se rompió meniscos y ligamentos de una rodilla, el tabique nasal y se fracturó una muñeca. Igual anticipa que correrá en 2017.



El peruano Enrique Umbert dice que cuando uno entra al Dakar lo hace sin saber si saldrá “vivo o muerto”. Admite que el riesgo que asumen los corredores es enorme; sin embargo, la pasión por la competencia más extrema y peligrosa del mundo lo es mucho más. Umbert es uno de los cuatro competidores del Dakar que fueron internados en el hospital Arco Iris de La Paz, luego de sufrir un accidente mientras la prueba se desarrollaba por territorio boliviano.

Iba bien sobre su cuadriciclo, de pronto apareció una zanja y ya no se acuerda más. Lo que sabe es que los servicios de rescate actuaron pronto y decidieron su traslado inmediato, primero en helicóptero hasta el aeropuerto de Uyuni y luego en avión hasta La Paz.

En su pieza del Arco Iris se recupera después de haber sido sometido a una operación de la rodilla derecha que la tenía virtualmente destrozada. Tanto el ligamento cruzado como los meniscos estaban rotos. Además, sufrió la fractura de su muñeca izquierda, donde le colocaron clavos medicinales para recuperarla. Su tabique nasal ni qué decir (por eso no acepta que se le tomen fotos), igual requirió de un tratamiento; además, llegó con un corte en la rodilla izquierda. Después de tantas cosas que le pasaron, vive para contarlas y considera que le pudo ir peor.

“Siempre fui fanático de los fierros con las motos, karts y cuadras. Ahora que otra vez corrí el Dakar entiendo que al margen de que sea tu pasión y representes a tu país, la verdad es que lo haces arriesgando mucho, dejas a tu familia, hijos, empresa por la pasión que llevas dentro. Y no sabes si vas a volver a verlos”. Es el accidente más duro que ha sufrido en más de 20 años de carrera deportiva. Cree que hubo alguna falla en la hoja de ruta, porque no es un piloto novato.

El incidente ocurrió durante la sexta etapa Uyuni-Uyuni. Luego de reabastecer a su máquina de combustible y pasó el kilómetro 249, entró a un hueco y listo, quedó seriamente lesionado. Desde el inicio de la carrera se codeó con el chileno Ignacio Casale y los hermanos argentinos Patronelli. Hasta Uyuni estaba tercero en la clasificación general.

“Iré al Dakar 2017. Habrá que ver por dónde pasará. Ojalá pueda volver a Perú”, dice, a pesar de todo lo que le ha ocurrido. Más allá del gran susto y de agradecer que aún está con vida, tiene para unos seis meses de recuperación. Antes de medio año no podrá volver a competir.

El peruano destaca la acogida y organización de la carrera en suelo nacional. “Bolivia tomó muy en serio el Dakar y me voy con el mejor recuerdo por todo el cariño recibido. Aquí los aficionados no distinguen bandera de nadie, sino que apoyan a todos los pilotos y lo hacen prácticamente durante todo el trayecto en su país”.

La misma presencia del presidente de Bolivia, Evo Morales, realza la carrera. Dice que no siempre a uno lo recibe un dignatario de Estado. “Y no es por protocolo o por cumplir. De lo poco que hablé con él, es que se trata de una persona a quien le gusta el deporte. Supe que él mismo toma la batuta en la organización”.

Añora desde ahora montarse nuevamente en un cuadriciclo o en una motocicleta para competir. Y ya hace planes. “El Dakar es cosa seria por los riesgos que implica, eso lo hace apasionante. Pienso que ya es una marca registrada en el mundo del automovilismo y con seguridad estaré el próximo año”.

Destaca la atención boliviana

Hospitalarios

El piloto peruano Enrique Umbert agradeció el trato hospitalario y afectuoso que recibió en Bolivia. Cuenta que cuando arribó a Uyuni le agradó las muestras de cariño de personas muy sencillas, como también la organización.

Es aguardado

Está internado desde el sábado por la noche. Su familia en Perú le llama todos los días y le pregunta cuándo va a retornar. Todavía no sabe, pero pide que no se preocupen porque en Bolivia y en el hospital lo tratan bien.

De Nosiglia

Cuando se le consulta qué conoce de los pilotos bolivianos en el Dakar, sostiene que no tuvo el gusto de hablar con ellos, solo escuchó de Juan Carlos Salvatierra, y que conoce más de Wálter Nosiglia, por sus éxitos como motociclista, igual que él.

Croquelois y Walkner reciben alta médica

El francés Eric Croquelois y el austriaco Matthias Walkner, ambos motociclistas, abandonaron ayer recuperados el hospital Arco Iris, que se constituyó en el centro hospitalario del Dakar en Bolivia. Al margen de ambos deportistas que fueron traídos desde Uyuni, Potosí, hace cinco días, aún están internados y se recuperan el piloto peruano de cuadriciclos Enrique Umbert y el copiloto de autos, el británico James

Pierce, quienes en las próximas horas o días también podrán dejar el centro de salud, donde —según destacó el peruano— reciben una gran atención. “Estuvimos contándonos nuestras penas y las cosas que nos pasaron”.

En el caso de Croquelois y Walkner, ambos se fueron en condición estable ayer por la madrugada. Extraoficialmente trascendió su regreso a Buenos Aires, Argentina, desde donde seguirán a sus países. Por petición de la ASO y el Ministerio de Salud, no hubo informes médicos.

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