Barreda, que había tenido también problemas el domingo al romper su manillar, volvió a tener inconvenientes ayer en el regreso a Iquique y debió ser remolcado por su compañero de Honda, el chileno Jeremías Israel Esquerre.
El castellonense no fue el único piloto con problemas en la octava etapa, pues numerosas caídas y varios casos de hipotermia se contaron durante el recorrido.
El chileno Pablo Quintanilla (KTM) se quedó con la victoria en la etapa de ayer y, con este triunfo, subió al segundo puesto a once minutos y once segundos del nuevo líder español.
Por su parte, la española Laia Sanz firmó ayer su mejor actuación del Dakar al finalizar quinta en la octava especial que unió las ciudades de Uyuni e Iquique y marcó el final de la exigente prueba maratón.
“Estoy muy contenta por mi actuación, pero fue una jornada muy dura e incluso algunos pilotos no queríamos salir por el frío. En el Salar no había mucha visibilidad, pero al final nos han hecho salir”, relató la catalana de 29 años al regresar al campamento en Iquique.
Luego de haber sorprendido el año pasado al finalizar en el décimosexto puesto de la general, la nacida en Corbera de Llobregat llegó a esta séptima edición del Dakar con el objetivo de quedar entre los diez primeros.
“Aunque fue una lástima porque iba tercera hasta las dunas, pero hubo un trozo de pista donde me han pasado Toby y Quintanilla muy rápido y no he intentado seguirles”, dijo.
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