domingo, 18 de enero de 2015

La ASO piensa variantes para el Dakar 2016

Con el punto final para la 36ª edición del Dakar, el rally más exigente del mundo renovó su idilio por séptima vez con territorio sudamericano, el mismo que explorará en los próximos dos meses en busca de apoyos gubernamentales para definir su trazado 2016.

La muerte del piloto debutante de motos Michal Hernik fue, sin dudas, la página más oscura de esta épica travesía. El piloto de Cracovia (Polonia), de 39 años y con el dorsal 82, murió por deshidratación durante la tercera etapa, entre las ciudades argentinas San Juan y Chilecito.

Lo controvertido
Además entre los puntos controvertidos de esta versión 2015 del Dakar también figuran las quejas a la organización por parte de los pilotos por las exigencias del trazado, fundamentalmente en el ascenso a Uyuni y la salida del Salar.

La empresa ASO, organizadora de la prueba, respondió a través de sus principales portavoces ratificando las medidas de seguridad y médicas extremas que adopta, las previsiones climáticas y la selección que realiza de los competidores para soportar la "prueba más exigente del mundo".

Calor extremo en casi todo el trayecto, frío en algunos tramos como en el ascenso a territorio boliviano o el paso por Calama, lluvias persistentes, arena en exigentes dunas y el agregado del salitre en Uyuni y Jujuy, fueron algunos de los obstáculos geográficos y climáticos que hubieron de sortear pilotos y vehículos.

Lo positivo

Entre las ratificaciones de esta séptima edición sudamericana figura el fervor popular que sigue despertando la prueba en territorio sudamericano, con miles de personas volcadas a los caminos para ver el paso de la caravana.

Asimismo, la participación de 406 vehículos demuestra "el espíritu saludable y vivaz" que mantiene el Dakar, al punto que Lavigne debió ratificar que no ampliarán el cupo en motos y coches para la edición 2016.

Lo que se viene
La estela de polvo que dejó esta edición del Dakar viene acompañado por las proyecciones hacia 2016 donde la organización pretende buscar un recorrido novedoso.

Con la casi seguridad de Argentina y Bolivia en el diseño del trazado, Chile aparece por primera vez en duda por los interrogantes que se plantea el gobierno de la presidenta Michelle Bachelet.

Ecuador y Colombia no ocultan sus intereses de sumarse a la experiencia Dakar, pero la negativa del gobierno peruano de Ollanta Humala vuelve imposible analizar la viabilidad de llegar al norte de Sudamérica.

Brasil es un interrogante porque tanto la organización como el gobierno de Dilma Rousseff mantienen vínculos hace tres años, pero el pasado Mundial de fútbol del año pasado y los venideros Juegos Olímpicos en 2016 no permiten poner el desembarco del Dakar como una prioridad.

La vuelta a África parece muy lejana y en la organización no se ponen plazos para 'volver a las fuentes' porque tanto a nivel económico como logístico y de popularidad, el Dakar parece haber encontrado en Sudamérica un idilio que se reafirma año tras año.

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