Yazeed Alrajhi, el saudí que ha asombrado con un rendimiento impropio de un debutante, ha tenido que abandonar la carrera por una avería cuando era tercero en la clasificación general y acariciaba un podio histórico.
Miembro de la familia Al Rajhi, una de las más ricas de Oriente Medio -su patriarca, Sulaiman Al Rajhi está entre los 1.000 primeros según Forbes, con importantes negocios como el banco islámico más importante o la plantación ganadera más grande del mundo-, además es muy rápido.
Muy amable en el trato -"somos de familia rica, pero no por ello nos alejamos de la gente normal”, cuenta-, Yazeed es talento puro.
Junto a Nasser Al Attiyah y Khalid Al Qassimi, piloto de Citroën en el WRC, forman el top tres de pilotos árabes. La comparación con el príncipe qatarí es inevitable: "Somos muy diferentes”, afirma. Sobre sus fortunas, las malas lenguas cuentan que Al Attiyah admite su inferioridad en cuanto a poder adquisitivo.
Entre otros millonarios, el Dakar tiene a Al Attiyah, primo hermano del emir de Qatar, Terranova, que posee abundantes terrenos y empresas, De Rooy y Hans Stacey dirigen compañías de transporte.
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