Allí todo vale para superarlas y el trabajo de equipo también es una buena opción, en caso de quedar atascado, tener problemas mecánicos o sufrir algún vuelco. La mayor parte de las dunas estará en territorio peruano, que vuelve al Dakar tras cinco años, y otras en Argentina. Este cambio ha sido uno los puntos en los que ha puesto énfasis la organización del rally, siempre pensando en una mayor aventura y en elaborar un recorrido cada vez más complicado.
Como la arena pasó de casi no existir en la ruta en las últimas versiones del Dakar, a ser el principal obstáculo en esta versión, los pilotos bolivianos, para no sufrir experiencias desagradables, también se prepararon en este tipo de recorrido. Uno de los ellos ha sido el paceño Rilver Vásquez, que estuvo 10 días entrenándose en las dunas peruanas. “No queremos que nos sorprendan. Esperemos superarlas”, remarcó.
Una dura quinta etapa
De entrada esta versión del Dakar depara un inicio a full con arena, en las seis etapas que se correrán en territorio peruano, donde lo más duro estará en el quinto día entre San Juan de Marcona y Arequipa, en la que los competidores se enfrentarán a montañas de dunas durante 30 kilómetros, trayecto que se complica más con la arena suelta.
También las dunas de Fiámbala, en Argentina, con la etapa 12, pondrán a prueba a los competidores, que en algunos casos, como el boliviano Juan Carlos Salvatierra, de motociclismo, se han convertido en expertos en este tipo de ruta y por ello los beneficia que la ASO haya decidido apostar a más arena. Similar situación es la de Marco Bulacia, de coches, que ha ganado bastante experiencia en las dunas.
Otro obstáculo, además de las tormentas de arenas que se dan, en especial en Fiambalá, serán las elevadas temperaturas y que pueden llegar a los 50 grados, pues se elevan con la sensación térmica. Por ello el agua es un elemento clave para los pilotos.
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