domingo, 7 de enero de 2018

La segunda etapa tendrá más de 250 kilómetros de recorrido

El desierto, inigualable postal del Rally Dakar, suscita tanto fascinación como dolores de cabeza entre los participantes de la edición 2018 de la competencia, que pasarán cuatro días en las arenas de Perú, hasta este miércoles.
Este domingo se disputará la segunda etapa Pisco-Pisco, la cual contará con más 250 kilómetros cronometrados.

“Estamos en el corazón del ADN del Dakar.” Etienne Lavigne, el mandamás del Rally, no ocultaba su satisfacción al difundir el recorrido de la edición 2018 que comenzó este sábado en Lima.
Nuevamente en el programa del Dakar tras cinco años de ausencia, Perú ofrece a los pilotos un terreno rico en dunas y arena, tal como cuando el Rally se disputaba en el desierto del Sahara.
“Es el país que más se parece a África”, subraya Stéphane Peterhansel, el piloto de Peugeot que ostenta el récord de victorias en la prueba (13). “Algunos años estuvimos un poco lejos del ADN”, agrega el francés Cyril Despres, su compañero de equipo en la marca francesa del león.
Antes de iniciar la trepada a la altura de La Paz en Bolivia, a 3.600 metros sobre el nivel del mar, el Rally pasará por zona de cañones el lunes, una partida en la playa el martes y dunas el miércoles en dirección a Arequipa, la segunda ciudad de Perú, a más de dos mil metros de altitud y última parada del Dakar en el país de los incas.
“Intentaremos abandonar Perú bien ubicados en la clasificación”, dice Peterhansel. “Si bien es interesante conducir por las dunas, podemos dejar muchos minutos en el camino y hasta quedarnos sin posibilidades de ganar el Rally desde las primeras etapas”.

- Experiencia -
Para los grandes debutantes como el francés Sébastien Loeb, en busca de una primera victoria con Peugeot, el desierto se puede transformar en un problema. “Si pienso en mí y en mi resultado, no deberían haber solo dunas, porque es el terreno en el que menos experiencia tengo respecto a mis rivales”, bromea Loeb.
“La experiencia es importante, pero no somos como los tipos nacidos en el desierto. Tenemos una mejor visión que un novato, pero aún me pasa de equivocarme”, afirma Peterhansel.
Otros factores además de la experiencia entran en juego. “No se puede tener miedo. ¡Esa es la clave! Si tienes miedo, cometes errores”, añade el catarí Nasser Al-Attiyah (Toyota Gazoo), un especialista en dunas.
“La clave es estar concentrado, resistente. También hay que estar abierto, saber que de sufrir un percance no es el fin del mundo, no se puede perder el autocontrol”, estima el motociclista Adrien Van Beveren (Yamaha).
También hay técnicas para analizar el terreno: ¿La cresta de una duna es puntiaguda o redondeada? ¿La arena es dura o blanda? También hay que adaptar la velocidad. “Uno está obligado a ir más despacio”, explica Despres.
Si los motociclistas prefieren escalar la cima en dirección recta, los pilotos de autos eligen dibujar una “S” en su trayecto.
“Cuando estoy en modo ‘full attack’ no pierdo ni un segundo, la paso ‘perpendicular’. Si estoy en modo más ‘seguro’ la paso como si estuviera surfando”, explica Peterhansel.

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