sábado, 9 de enero de 2016

Las ‘moles’ se exhibieron y los aficionados vibraron



La fiesta del Dakar para la gente se trasladó ayer hasta el pueblo de Orinoca, en Oruro, por donde pasaron los camiones durante el recorrido de la sexta etapa. Las “moles del Dakar” —como se les conoce a estos vehículos, que miden hasta cuatro metros de alto y algunos pesan más de 10.000 kilos—, fueron la mayor atracción de la jornada. Los camiones están por primera vez en Bolivia, en la tercera edición de la carrera en el país.

Mucha gente viajó desde Uyuni y Oruro hasta el pueblo natal del presidente Evo Morales para ver el desplazamiento de esos vehículos en el tramo que también incluyó las poblaciones de Salinas de Garci Mendoza y Belén de Andamarca. En la ida las máquinas bordearon el salar de Uyuni. En cambio, para el regreso del enlace se dispuso otro trazado.

En la meta hubo chicos y jóvenes que corrían detrás de los camiones, muchos se contentaban con solo tocarlos, mientras veían asombrados las dimensiones de los gigantes sobre ruedas. Quienes pudieron se llevaron una fotografía como mejor recuerdo.

Aunque no hay competidores bolivianos en esta categoría, el cariño de la gente igual se hizo sentir. Las marcas Iveco, Kamaz, Tatra, Hino y otras están presentes en esta competición.

Mucha gente también fue a la partida en Uyuni. Todavía de madrugada los aficionados empezaron una caminata de casi 10 kilómetros para llegar hasta la zona de Miraflores, en las afueras de la ciudad, para ver la salida de las primeras máquinas. A medida que pasaron los minutos la expectativa creció. Al momento de despedir a los coches se formó un túnel humano.

Los camiones llegaron a ese punto en una caravana impresionante y se posaron a la espera de su turno. Ese tiempo fue aprovechado por los espectadores para acercarse y tomarse fotos. Hoy será la despedida, también temprano. Las máquinas emprenderán camino rumbo a la argentina Salta en cumplimiento de la séptima etapa.


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