La española será una de las atracciones.
Laia Sanz deslumbró en 2014 al finalizar en 16ª posición y conseguir la mejor clasificación de etapa para una mujer —séptima— en los 36 años del Dakar. Este año, con una Honda oficial, el techo lo pone ella.
Este año la carta del Dakar cobra mucho más valor, ¿eso supone una presión extra?
Ya era muy difícil el año pasado. El Dakar cuando va bien es muy bonito, pero si te sale mal es un problema. Cuando un trial te va mal, tienes el fin de semana siguiente para arreglarlo. Aquí te juegas la temporada, notas la presión de que es una vez al año y hay que conseguir resultados sobre todo de cara a los patrocinadores.
Usted que es coqueta, ¿cómo lleva estar dos semanas sin arreglarse?
Me adapto bien a todas las situaciones. Cuando no entreno me gusta arreglarme y hay gente que cuando me ve fuera de la moto no me reconoce. Pero en el Dakar son dos semanas sin poder hacer nada y cuando llegas a casa la manicura hace falta, el pelo está hecho un asco…Me gusta arreglarme pero puedo estar dos semanas sin hacerlo, solo hay que mentalizarse.
¿Está más a gusto siendo la ‘heroína’ del Dakar o preferiría ser ‘una más’?
Por un lado es bonito que te traten mejor. Al final sé que soy un caso especial. Pero no tendría que ser así y para ello también sería justo que cuando ganaba mundiales de trial tuviese un contrato como el del campeón masculino. MARCA
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