domingo, 11 de enero de 2015

LA PRUEBA MÁS EXIGENTE DEL MUNDO ESTÁ EN BOLIVIA VERDADEROS HEROES

Por segundo año consecutivo, la competencia internacional atravesó por territorio nacional. Esta vez, los autos abrieron la caravana, que se quedará hasta el lunes.

Nuevamente Bolivia mostró toda su belleza y Uyuni vivió una fiesta con el paso, por segundo año consecutivo, del Dakar y el cariño del público boliviano superó las expectativas de los pilotos, que fueron recibidos uno por uno como héroes.

Si en 2014, los organizadores quedaron satisfechoos con el paso de la competencia por suelo boliviano, este año el país pasó con buena nota el primero de los tres días de examen y Uyuni cada vez se convierte más en el corazón del Dakar.

Desde la noche del viernes, miles de personas llegaban a la ciudad potosina con la esperanza de encontrarse con una fiesta y no quedaron defraudas, lo vivido ayer, con el paso de los automóviles, fue suficiente para compensar las más horas de viaje que cubrieron los visitantes de todo el país.

Nadie quiso estar lejos de la rampa de llegada y recibimiento a los pilotos, por lo hubo quienes durmieron desde una noche antes en las graderías dispuestas por los organizadores. Desde las 07.00, la caravana de autos fue recibida con varias banderas en Pisiga, población orureña fronteriza con Chile y la tricolor acompañó a los competidores hasta la partida en Opoqueri.

Lo que hizo el público boliviano fue impresionante, en los puntos de control, ubicados en Belén de Andamarca, San Martín, Salinas de Garci Mendoza, Huari y Chita, el público recibió a los corredores con banderas, aplausos y bandas de música.

Pero el centro principal de fiesta fue Uyuni donde las personas formaron un extenso callejón humano de rojo, amarillo y verde para recibir a cada uno de los competidores.

El catarí Nasser Al-Attiyah fue el primero en subir a la pista, recibió coronas de flores y el presidente Evo Morales lo recibió con un apretón de manos.

El estadounidense Robby Gordon, al mando de una Hummer, se ganó los aplausos de la gente con su tradicional y espectacular salto en la rampa. El norteamericano se animó a último momento realizar su proeza luego de un pedido del Presidente.

Para el argentino Orlando Terranova, el paso por Uyuni fue como ver un clásico entre Boca Juniors y River Plate por las miles de banderas que observó en el camino.

La fiesta continuó con la llegada de Marco Bulacia, uno de los pocos sobrevivientes del Team Bolivia.

El piloto cruceño fue recibido como un héroe por el público local que esperaba ver a sus nueve representantes en esta prueba.

Tras la llegada de los automóviles, la fiesta continuará hoy con el arribo de las motocicletas y cuadriciclos, a cuyos competidores les espera un recibimiento similar.




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