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viernes, 9 de enero de 2015
Familias bolivianas enteras viajan para ver la carrera
El Dakar es un evento que gusta a mucha gente, en especial a los amantes del deporte tuerca, y en Bolivia hay familias enteras que estos días realizan viajes hacia varios puntos por donde pasará la competencia para verla de cerca. Incluso ya fueron a otras ediciones que en anteriores años no ingresaron a territorio nacional.
Es el caso de la familia paceña Cusicanqui, que desde 2011 viaja a diferentes lugares para ver el paso de motos, cuadriciclos, autos y camiones por diferentes terrenos. Desde ese año no se perdió ninguna edición. Sus integrantes son Iván Cusicanqui (el padre), Roxana Adaros (su esposa) y sus hijos Rodrigo (23 años), Diego (19) y Joaquín (11). A ellos se suman además hermanos, primos y sobrinos.
“A raíz de que en 2009 ingresó el Dakar a Sudamérica, los primeros dos años seguimos esta competencia por televisión, pero después nos dimos cuenta de que se podía ir a conocer a los pilotos, ver el desempeño de las máquinas en plena carrera, por eso desde 2011 empezamos a ir”, contó Iván, quien es un amante de estas competencias y transmitió esa pasión a su familia. Ese año se fueron los cinco al desierto de Atacama, en Chile, donde presenciaron durante siete días a los vehículos en las dunas.
Al año siguiente regresaron a Atacama, pero a otro sector; esa ocasión por cinco días. En 2013 creció su grupo para ver el Dakar, pues sus sobrinos Sebastián (18 años) y Lucía (16) los acompañaron a las dunas de Arequipa (Perú), donde permanecieron por diez días. El año pasado aprovecharon el paso de la competencia por Bolivia, así que se fueron a Uyuni las mismas personas, además de un cuñado, Ramiro Camargo, y su hijo Samuel.
Fue la ocasión más corta, porque el Dakar pasó por Bolivia solo dos días. A cada una de esas incursiones se trasladaron por vía terrestre en sus propios vehículos para movilizarse mejor en las zonas de espectadores. “Comenzamos con un auto y ahora vamos en tres porque el grupo ha crecido”, dijo Cusicanqui.
Para esta gestión, en el segundo paso de esta competencia por Bolivia, regresan a Uyuni nuevamente el grupo completo más un compañero brasileño de Camargo que no se quiere perder la carrera. “Viajaremos el viernes (hoy) en la madrugada y regresaremos el domingo. Vamos a estar entre los puntos de Pisiga y Opoqueri, que nos parece una ruta nueva”.
De todos los lugares que visitaron, el que más le gustó a la familia fue el de las dunas, porque “como es terreno abierto, no hay carreteras definidas, por tanto hay pura navegación. Es impresionante ver a los vehículos tratar de pasar dunas que son altas”.
Cada año apoyan a un ‘team’
Equipos
Desde hace tres años, en la previa al Dakar, la familia elige a un equipo para apoyarlo durante la carrera, por lo que sus integrantes compran vestimentas con el logotipo del team que alentarán. Ya lo hicieron con Touareg (2012), Red Bull (2013) y X Raid Mini (2014). Este año es el turno de Peugeot.
Fotos
Iván Cusicanqui contó que la familia tuvo la oportunidad de sacarse diferentes fotos con algunos competidores famosos, como el príncipe catarí Nasser Al-Attiyah o el estadounidense Robby Gordor, ambos de autos.
Turistas
Como esta familia, el Gobierno nacional espera que haya muchas más que se hagan presentes en los sectores por donde pasará la carrera en Bolivia. Se estima que medio millón de espectadores estará en Oruro y Potosí para observar la competencia.
Se estima una inversión de hasta 800 dólares
Para realizar este tipo de viajes, ya sea en Bolivia o yendo a otro país, el costo aproximado mínimo que se necesita es de 800 dólares, según Iván Cusicanqui, quien además indicó que su familia ahorra para este evento y todos piden permiso en sus respectivos trabajos para estar libres en esta época del Dakar. “Para poder seguir por lo menos tres días la carrera se requiere entre unos 500 y 800 dólares”, calculó el aficionado.
De ese monto, la mayor inversión se realiza en “gasolina y comida”, pues deben prever los kilómetros que recorrerán desde la salida de La Paz hasta el lugar al que irán, además de las zonas de espectadores. “En cuanto a la comida, llevamos varias cosas para abastecernos en los días que estaremos ahí. Lo que normalmente llevamos es carne, pan y otros alimentos”, agregó.
Eso sí, aclaró que no gastan en hospedaje, ya que duermen “donde nos agarre la noche y donde veamos que es un lugar adecuado”, por ello llevan carpas, sleepings, colchones, un aspecto que le agrada a la familia Cusicanqui porque es una manera de pasar días diferentes.
“Este año no creo que llevemos muchas cosas, porque en el tema de la comida sabemos que habrá un festival gastronómico, entonces, probaremos esos platos en el lugar que estemos”. Como otras familias, una vez más —la quinta— los Cusicanqui dirán presente en un Dakar, la carrera que les apasiona.
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