domingo, 31 de diciembre de 2017

Carlos Sainz duerme hace un mes en una cámara de hipoxia para adaptarse a la altura


Meticuloso, rozando casi lo obsesivo, cuidador de cada detalle del coche y de la preparación, Carlos Sainz Cenamor (Madrid, 1962) no sabe si esta será la última participación en el Dakar, pero lejos de haber bajado su autoexigencia, en esta ocasión la ha incrementado.

Como parte fundamental de su entrenamiento para esta edición, una de las más draconianas desde que el Rally se disputa en América, está la adaptación a la altura. “He trabajado ese aspecto especialmente, porque hay tres días en Bolivia por encima de los 3.500 metros. Por eso he estado durmiendo durante un mes en una cámara de hipoxia”, comenta a MARCA el bicampeón del mundo de Rallies y el ganador del Dakar de 2010, el primero en conseguirlo en la modalidad de coches.

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