El francés Philippe Croizon (20 de marzo de 1968, Châtellerault) se
convertirá, en 2017, en el primer piloto de la historia del Dakar que
correrá sin tener piernas ni brazos, que le fueron amputados en 1994
tras recibir una descarga eléctrica.
A partir de entonces, fue sometido a varias operaciones, tratamientos de rehabilitación y fisioterapia.
Año tras año, el Dakar registra historias increíbles, la de Croizon es una de esas tantas.
De acuerdo con varias publicaciones en internet, antes de ser piloto,
este francés sufrió un grave accidente cuando tenía 26 años de edad. Se
subió al techo de su casa para mover la antena de televisión y, al
primer contacto, recibió una descarga de 20.000 voltios.
Aunque salvó su vida, como consecuencia de las quemaduras que le
originó el grave accidente, los médicos se vieron obligados a amputarle
las cuatro extremidades.
Diez años después, en 2004 —tiempo en el que todavía llevaba adelante
su recuperación—, Croizon decidió cambiar su manera de vida y afrontar
distintos retos deportivos, algo que antes del accidente nunca hubiera
realizado.
Por ejemplo, cruzó nadando el Canal de la Mancha, entre Francia e
Inglaterra, lo que le permitió ser nombrado Caballero de Honor de la
Legión. Y se convirtió en ídolo en su país.
Tiempo después, también cruzó el estrecho de Gibraltar.
El año pasado, Croizon se planteó el reto —“loco”, de acuerdo a cómo lo
califica su equipo de prensa— de correr el Dakar y decidió hacerlo
sobre un Buggy, que ha sido adaptado a sus necesidades.
“Muy pocos lo creían pero el temperamento de este atleta sin par, ha
sabido embarcar al mundo del automovilismo, a su team manager, a sus
socios… ¡hasta a sí mismo!”, dice la nota de prensa de su equipo.
En 2015 —cuando nació la idea— nadie se hubiera imaginado que Philippe
Croizon se situaría en la línea de partida del Dakar 2017.
Después de varios meses de entrenamiento, el francés ya se encuentra en
Paraguay para participar, el domingo, de la partida simbólica y, el
lunes 2 de enero, situarse en el punto de partida de la primera etapa,
que se correrá entre Asunción y la argentina Resistencia (454
kilómetros).
Para hacer posible su participación, Croizon reunió un grupo de
expertos en varios ámbitos y supo convencer, empezando por Yves Tartarin
—propietario del equipo Croizon Tartarin, y que, además, corrió 18
Dakar— de que este reto podía ser superado por un piloto cuadro
amputado.
Sus experiencias en el automovilismo, antes de su participación en el
Dakar, se remontan al mes de marzo. Ha corrido solamente cuatro pruebas
—una de ellas el Rally de Marruecos— antes de la que viene.
Para poder guiar su buggy lleva un joystick (un control parecido al de
un videojuego), que utiliza para acelerar, frenar y girar el volante.
Casi todo lo hace con el brazo derecho: acelerar, frenar y girar el
volante; mientras que el izquierdo solamente lo usa para encender las
luces.
Los datos
Escritor
Sobre Philippe Croizon se han escrito infinidad de documentos, y él
también ha redactado tres libros: Yo decidí vivir, Yo crucé La Mancha a
nado y Más fuerte que la vida.
Charlas
Hasta antes de su participación en el Dakar, estaba dedicado a dar charlas sobre motivación en empresas y colegios.
Apasionado
Croizon siempre ha sido un apasionado por el automovilismo. De joven
—cuenta— observaba los rallies en su país y, en un par de oportunidades,
estuvo en Magny-Cours para ver el Gran Premio de F-1.
Navegante
Durante su participación en el Dakar será su navegante Cédric Duplé, un piloto francés con mucha experiencia.
Al-Attiyah lo colabora
Philippe Croizon cruzó todos los obstáculos para poder correr en el
Dakar, desde seducir a los sponsors, inspirar a los ingenieros, aprender
a pilotar y hacer frente al desierto, de acuerdo con un comunicado de
su e-quipo de prensa.
En el marco de su preparación, se adentró, a principios de octubre, en
el Rally de Marruecos, que reúne grandes nombres de la disciplina, y en
el que mostró su e-norme potencial.
En esa competencia conoció al príncipe catarí Nasser Al-Attiyah, dos
veces ganador del Dakar, quien le expresó su admiración por la tarea que
realiza, pero, además, se comprometió a colaborarlo económicamente,
pues en determinado momento el proyecto estuvo a punto de truncarse por
falta de recursos.
Croizon contó a periodistas de medios europeos, que, cuando Al-Attiyah
se enteró de que le estaba faltando el dinero, se aprontó a colaborarle
con la cantidad necesaria y le entregó alrededor de 113.000 dólares.
“Tiene un feeling increíble y una destreza para pilotar rara”, ya que,
según él, “muy pocos tienen tal capacidad de a-daptación. Él es sincero,
buena persona y fuerte”, manifestó Yves Tartarin, su jefe de equipo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario