sábado, 1 de junio de 2013

El Dakar despierta a tierras dormidas

Hay que pisar aquellas tierras para desempolvar la historia escrita en esas regiones.

La “tierrra chicheña”, con hombres y mujeres valientes y que al anuncio del paso del Dakar por esas regiones parece el despertar de pueblos dormidos.

Nadie se exime a fin de emprender las obras que hay que realizar para que los pilotos pasen por sus serpenteantes y polvorientas carreteras.

El hermoso valle de Tupiza, el gélido frío que se deja sentir en Atocha, desde donde se divisa al majestuoso Chorolque con cerca de seis metros de altura, son una magia de la naturaleza.

Es todo un embrujo, cuando en lontananza se divisa serpenteante la carretera hacia Uyuni.

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