Ahora, el corredor de Vinto, conocido en el ambiente como el Piloto del Pueblo, encendió una pequeña esperanza que, de concretarse, podría cambiar el rumbo de la historia. Es probable que este no sea su último raid dakariano. Todo estará sujeto al espaldarazo que reciba por parte de las empresas.
“Por el factor económico, para mí es muy difícil asumir esta carrera, más aún cuando, en 2018, me ha ido tan mal. Es complicado conseguir auspicio. La familia hace un gran esfuerzo. Dejé en claro que es mi última participación, pero si existe la predisposición de algunos patrocinadores, quizás pueda haber un próximo Dakar. Va a depender mucho de eso. Las ganas siempre están ahí”.
Lo que Danny sí aseguró es que en la edición venidera de la contienda (la cuarta en su historial personal) la inversión será más significativa que en anteriores ediciones.
Prefirió no precisar cifras debido a que todavía no cerró números. No obstante, su bolsillo se verá “golpeado”.
“Lo que alivia es el tema de repuestos, pues tenemos muchos que antes no usamos y quedaron a disposición. En lo logístico estamos invirtiendo bastante. Es muchísimo. Vamos a llevar la camioneta y un acoplado”.
El vinteño va con todo. Asume la carrera que viene como un verdadero desquite del que quiere salir bien librado, sobre todo considerando que en enero pasado debió abandonar debido a problemas con la moto.
Partirá rumbo a Lima, Perú, el 29 o 30 del mes en curso.
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