domingo, 5 de enero de 2014

La aventura más grande del mundo forjó su leyenda

El Dakar, una carrera plagada de anécdotas. Los organizadores tuvieron que sortear numerosos obstáculos para garantizar la continuidad del rally hasta que en 2008 no se pudo continuar.

Equipo Dakar/El Nacional

Un rally con 34 años de Historia, centenares de competidores y miles de personas involucradas da para mucho. La carrera de autos más importante del mundo ha evolucionado y se ha perfeccionado en los detalles, pero en todo este tiempo ha atesorado un baúl de aventuras y anécdotas incontables.

El Equipo Dakar de El Nacional ha recopilado algunas que Roger Kalmanovitz, miembro del equipo de creadores del rally junto con Thierry Sabine, recordó para enduromagazine.com y otras extraídas de las memorias de algunos de los competidores más ilustres.

1983 El París-Dakar se quedaba sin combustible.

Al llegar a Illizi, Argelia, Thierry Sabine constata que las reservas de combustible del rally se agotan. Para evitarlo, envía a Roger Kalmanovitz a Agadez para que se haga con un mínimo de 50.000 litros de combustible y le cita a continuación en el Árbol del Teneré. La misión se cumple con éxito pero entre tanto estalla una huelga de pilotos. Sin embargo, Thierry Sabine logra convencer a la caravana para que tome la salida. “Oí llegar a Auriol al Árbol del Teneré. Me preguntó si era el primero. Le dije que sí, pero que debía pagar 400 francos para llenar el depósito”, recuerda Roger.

1986 El Dakar pierde a Thierry Sabine

El 14 de enero, un accidente de helicóptero acaba con la vida de Thierry Sabine y sus cuatro acompañantes, entre ellos Daniel Balavoine. Pese al dolor y la sensación insoportable de pérdida, el rally continúa su andadura a petición de Suzanne, compañera de Thierry Sabine, y de su padre Gilbert, que se desplaza sobre el terreno para tomar las riendas de la situación. “Hizo falta una enorme fortaleza por parte de su entorno para poder continuar. En esta ocasión, fue la carga emotiva la que hizo peligrar la continuidad el rally.”

1992 N’Djamena en convoy

Durante la París-Le Cap, que representa el desafío de atravesar África de punta a punta, el rally se enfrenta a multitud de amenazas de seguridad. Al llegar a Chad, el problema se acentúa con la presencia de una tormenta de arena que retrasa a casi una veintena de pilotos con respecto al resto de la caravana. El ejército francés viene al rescate para dirigir en convoy la etapa N’Guigmi-N’Djamena. “Fue en ese momento en el que el rally tomó consciencia de las complejidades geopolíticas implicadas y demás amenazas directas sobre su seguridad”.

2000 Un puente aéreo gigantesco sobre Níger

Se habían identificado algunas amenazas, pero cinco días antes de la llegada a Níger, el gobierno francés lanzó un mensaje muy claro a los organizadores: el Dakar debe detenerse en Níger. En lugar de aceptar el fracaso, los equipos del rally diseñaron un plan de emergencia para que todos los vehículos sobrevolaran el rally. El dispositivo logístico, implantado por Etienne Lavigne, fue monumental. “Ya habíamos organizado traslados aéreos para las motos, pero en esta ocasión se subieron a los aviones Antonov los coches, camiones e incluso helicópteros para llegar a Saba, Libia”.

2008 Anular… o resurgir

En las semanas precedentes al rally, los grupos terroristas habían entrado en acción en Mauritania, planteando serias amenazas para la seguridad. El sentido de responsabilidad se impuso entre los organizadores, que optaron por anular la edición. La desolación entre los pilotos fue inmensa, después de meses o incluso años preparando la prueba. Para los organizadores, fue cuestión de mantener la confianza y perpetuar la pasión. En varias semanas, se organiza una carrera en Europa Central y otra en Portugal durante el mes de septiembre. Sin embargo, el enorme desafío que supone desplazar el Dakar hasta Argentina y Chile se materializa en enero del año siguiente. “Les tuvimos que explicar a los países africanos, que tanto nos habían dado, que no teníamos elección. Por otra parte, pensábamos, sinceramente, que volveríamos pronto, pero desgraciadamente la situación se ha deteriorado aún más desde entonces.”

Nota de apoyo:

Duelos de película

La derrota más amarga de Hubert Auriol
En la penúltima gran etapa del 87, antes del paseo por el Lago Rosa de Dakar, Auriol ya se sentía ganador cuando a 20 kms del final se tocó con un árbol, partiéndose un tobillo. Salió rebotado y se quebró el otro. Gracias a las botas llegó a la meta con dos minutos de ventaja en la general sobre otro mito, Cyrille Neveau. Lloró y suplicó a los médicos, pero no salió al día siguiente. No volvió a correrlo en moto, pero lo ganó después en la categoría de coches.

Roma se cayó a 20 km/h y se rompió un dedo por 8 sitios
Nani Romá es uno de los mejores pilotos y de los que menos suerte ha tenido con infinidad de abandonos. Su retirada más tonta fue la del 99, cuando se cayó de la moto a 20 kms/h fracturándose el pulgar por ¡ocho partes!

Las trampas entre Peterhansel y Arcarons
El francés Peterhansel, antes de ser “Monsieur Dakar” era famoso por sus trampas, como la del 93 a Arcarons. Ambos iban en cabeza buscando un control. Siguieron hasta que se toparon con un coche de prensa. Peterhansel habló en francés con ellos y le dijo a Arcarons que habían suprimido el control. El francés dejó escapar al español y, cuando estuvo fuera de su vista, se volvió y fichó en el control. El español se enteró en el siguiente control que se había saltado el primero. Fue penalizado con varias horas y dijo adiós al rally.

Porcar y el paso de Nega
Es uno de los lugares históricos. Está a unos 100 kms. al sur de Tidjikja, en Mauritania. Un laberinto de piedras al que sólo el GPS ha vencido. En 1990 Porcar se la jugó aliándose con Auriol, aunque el francés acabó desistiendo. El español encontró el camino correcto, pero se quedó sin gasolina. Pasó una hora y media hasta que apareció otro coche, el de Vatanen, pero éste, como todos los participantes, iba justo de combustible. Al final fueron los mecánicos los que salvaron a Juan, que se había quedado tirado a ¡12 kms! de la meta.

El desierto es pequeño
Cuentan que sólo hay un árbol en el Teneré y que una vez un conductor se la pegó contra él. Algo parecido ocurrió con Prieto y Schlesser en el 99, cuando el segundo, a 120 kms/h, dio un volantazo sin reparar que Prieto estaba adelantándole. No paso nada grave, pero ya es curioso tocarse con otro coche en pleno desierto.

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