miércoles, 15 de enero de 2014

El Dakar llegó a una de las regiones más hostiles

El Bell 412 de las Fuerzas Aéreas Chilenas (FARCH) aterriza entre una nube de polvo en el corazón del desierto de Atacama, una de las regiones más áridas y hostiles del mundo, atravesada ayer por los participantes del Dakar 2014.
Son las 8:40 de la mañana y estamos en el kilómetro 146 (de 422) de la novena de las 13 especiales de esta edición del rally, a unos 1.800 metros de altitud. Desde nuestra salida de Calama (norte de Chile), 40 minutos antes, hemos sobrevolado a baja altura las montañas de cimas redondeadas y peladas de la región hasta perder de vista su color ocre. El sol se encuentra todavía bajo y los juegos de sombras son excelentes.
Nos encontramos en medio del verano austral y desde el cielo no se distingue ninguna huella de vegetación ni de vida humana. Es entonces cuando pasan las primeras motos rompiendo el silencio. "Yo también tengo una moto, pero es una Harley Davidson y es muy diferente a éstas”, confía Omar Rojas, el comandante del helicóptero en el que viajamos, mientras el calor del día comienza a hacerse cada vez más pesado. Su copiloto, la teniente Tamara Forno, despliega un saco de dormir en la parte de sombra del aparato y se consagra a una pequeña siesta, visiblemente poco emocionada por la evolución del rally.
A las 10:25 es la hora de volver a despegar hacia el primer puesto de control (CP1). El relieve ahora es un poco más moderado y aparecen las primeras dunas. Sin embargo, todo sigue siendo igual de salvaje.
El hombre no tiene lugar aquí, tampoco los animales. Comienza a hacer verdaderamente mucho calor allí abajo y el termómetro supera ya los 30 grados.
En el CP1, punto de paso obligatorio para los participantes, una media docena de motoristas se cobijan bajo una carpa. Algunos arreglan sus motores, otros tratan de relajarse en silencio, con la mirada perdida, concentrados todavía en la carrera. Todos deben detenerse por obligación durante 15 minutos y aprovechan la parada para repostar combustible.
Son las 12:15 y volvemos a despegar hacia las verdaderas dunas de Atacama. El Bell 412 se escurre hábilmente entre los corredores que dejan las cimas. A lo lejos se puede contemplar un pequeño salar perdido en esta sucesión ininterrumpida de cerros.
Tres cuartos de hora más tarde nos detenemos de nuevo en la cima de una primera gran duna. Estamos en el kilómetro 370 de la especial cronometrada, a unos 50 más de la llegada.
Pero ahora hay algo que ha cambiado. El aire es más fresco y una inmensa banda azul cobalto completa el horizonte hacia el oeste: por fin el océano Pacífico.
Algunos minutos más tarde, el helicóptero retoma camino en dirección a Iquique. A lo largo de la banda litoral aparecen las primeras construcciones, pequeñas casitas de pescadores y, con ellas, los primeros signos de vegetación.

La costa es rocosa y muy escarpada. Y, entonces, aparece sublime la inmensa duna de Iquique, el punto culminante de esta impresionante novena etapa. (AFP)

"'Escuché por ahí que nosotros habíamos financiado cuatro millones de dólares, para garantizar esta actividad, falso, son dos millones”.
Morales, presidente Bolivia

"Es un paso importante, sobre todo porque vengo de dos días malos, prácticamente no tenía voz e incluso tuve un poco de fiebre”.
Marc Coma, líder en motos

FOTOS

1- Las llantas traseras del vehículo de Robby Gordon se elevan por el aire tras una maniobra peligrosa en el desierto de Atacama.
2- Un competidor atraviesa con su moto por las inhóspitas dunas del desierto chileno.
3- El español Carlos Sainz conduce su coche por un angosto camino que se encuentra en Antofagasta.
4- El piloto Krzysztof Holowczyc y su copiloto Konstantin Zhiltsov intentan tomar aire en la ruta que cubrió Calama e Iquique.
5- Luego de superar la dura prueba en el desierto de Atacama, Despres ingresa a Iquique, con el océano Pacífico de fondo.

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