martes, 16 de abril de 2013

El encanto del salar cautivó a la organización

Bolivia se convierte en el país número 28 que alberga el Dakar y Etienne Lavigne, junto a otros directores de la ASO, se la jugaron por el salar, que en enero suele tener agua. “Será un reto para los pilotos, siempre buscamos territorios que sorprendan, que exijan y que mantengan el interés al máximo; ese es el espíritu de la carrera”, dijo el directivo. Pero, además, para la organización es un reto ya que deberán armar dos vivac en un solo día: uno en Jujuy y el otro en Uyuni.

El presidente Morales fue claro al afirmar que entre octubre y noviembre el aeropuerto de Uyuni debe contar con iluminación y con los tres sistemas de comunicación. “Eso ya se lo hemos recomendado a la ministra de Planificación y al ministro de Economía”, sostuvo. Agregó que solicitará al gobierno departamental y municipal de Uyuni, que realice inversiones de inmediato en agua y alcantarillado. El objetivo es tener todo listo antes de la última inspección que se hará en noviembre cuando la ASO confirmará el recorrido definitivo.

“Ser local tiene alguna ventaja, porque me permitirá ir a ensayar en el recorrido”, dijo feliz Juan Carlos Salvatierra, el piloto que este año volvió a rayar en gran nivel corriendo en motos y culminando la prueba. Desde ayer la imagen oficial de la competencia tiene la bandera de Bolivia incrustada en el centro, entre las de Argentina y Chile, y esta imagen se repetirá en toda la logística que maneje la organización.

“El Dakar nos permitirá dar a conocer los 36 pueblos indígenas. El logro es gracias a la gestión del presidente”, dijo Juan Ramón Quintana. Por otra parte, el presidente de la Federación Boliviana de Automovilismo, Armin Franuluc, pretende que en el GP Nacional se ensaye toda la logística que se ocupará.




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