Con los ojos llorosos y la voz entrecortada, Wálter Nosiglia subió a la rampa del Dakar -en Uyuni- con la tricolor nacional y sólo atinó a decir: "Muchas gracias, estoy muy feliz y emocionado”.
No era para menos, cumplió una de sus mejores actuaciones, repitió el séptimo lugar de la fecha anterior y está entre los top 10.
"Los quiero a todos, los llevo en mi corazón en toda la carrera, estoy muy emocionado y feliz, dichoso de representar a mi país”, dijo con la voz apagada a ratos. Durante la etapa había tenido algunos problemas con la navegación, pero este hecho no fue impedimento para ubicarse al final entre los mejores.
"La cuadra está un poco mal, pero vamos a repararla, estoy seguro de que la vamos a dejar en buenas condiciones”, agregó el chuquisaqueño, quien en el motocross nacional se cansó de ganar títulos. Tras unos minutos, luego de que pasó la emoción de su arribo, confesó que "nunca pensé que el Dakar fuera tan duro”.
Cuando todos los periodistas le ponían micrófono, Nosiglia no paraba de reiterar la rudeza de la competencia.
Al final de la tarde, después de la reunión informativa, contó que tras el cuarto día "lo que más quería era retornar a mi casa, súper cansado, deshidratado”.
De aquí en más de lo que se trata es de cuidar la cuadra y terminar la carrera. "Sé que será duro, son caminos como los de hoy (ayer). Estoy súper emocionado, quiero decirles que amo a todos los bolivianos, y hacemos esto de todo corazón, por eso les saludo a todos, nunca me cansaré de agradecerles el gran recibimiento”.
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