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domingo, 1 de mayo de 2016
El Dakar ya le redituó al país unos 260 millones de dólares
Bolivia invirtió hasta ahora en el Dakar unos 20 millones de dólares; a cambio, el país obtuvo beneficios al menos por unos 260 millones de dólares de movimiento económico entre 2014 y 2016. El ministro de Culturas y Turismo, Marko Machicao, dijo ayer en el programa Piedra, papel y tinta de La Razón, emitido por Cadena A, que la inversión que hace el Gobierno es recompensada con “un retorno económico muy fuerte en diferentes subsectores”, y que “el primero y el más afectado es el turístico: hospedaje, hotelería, gastronomía, servicios, artesanía, tours, paquetes, etcétera”. Bolivia recibirá el Dakar por cuarta vez en 2017, con más etapas que en años anteriores: cinco.
En 2014, primera vez del Dakar por Bolivia, “la inversión fue la más elevada: pagamos 2 millones de dólares de franquicia; sin embargo, se invirtió cerca de 8 millones de dólares en obras complementarias y estructura, llámese el aeropuerto de Uyuni, la conexión a la red de electrificación nacional para Uyuni, Tupiza, Villazón; sistemas de agua potable y otros”.
Las inversiones del Dakar —agregó— fueron fundamentalmente en servicios de orden municipal o departamental, mejoramiento en las condiciones de vida de las personas y aproximadamente un millón de dólares destinado a la promoción. Ésa fue la primera”.
Para la segunda el monto fue menor, “de 3 millones de dólares, más 2,5 millones de dólares; es decir, 5,5 millones de dólares. ¿Por qué? Las obras ya estaban hechas, no se necesitaba poner electrificación al municipio de Uyuni ni habilitar agua potable en Tupiza o generar un aeropuerto”.
En 2016 la inversión fue “mucho menor”; según los cálculos de Machicao, “cerca de 4,5 millones de dólares. Estoy hablando de todo el aparato, medios de comunicación incluidos. Si ustedes se fijan, el año pasado en términos de difusión internacional se hizo mucho menos que en versiones anteriores porque ya había una idea posicionada, ya había un destino más o menos estructurado”.
Para explicar los beneficios que deja la presencia del Dakar en Bolivia aclaró que se trata de “una competencia netamente deportiva, pero el Estado, Bolivia, nuestras regiones, aprovechan esta competencia para dar una cara distinta, que es la de mostrar el país, generar un apropiamiento cultural, una promoción y difusión del patrimonio y del turismo”.
Informó que el primer Dakar generó un movimiento económico de unos 68 millones de dólares en dos días de competencia. En el segundo subió —de acuerdo con su estimación— a unos 87 millones de dólares. “Ese dinero se queda fundamentalmente en la zona por donde pasa la competencia”.
Por tanto, “hay un retorno económico muy fuerte”. De hecho, el turismo efectivamente es el sector más beneficiado, “pero hay otros concurrentes que forman parte de los servicios complementarios: la comunicación, el transporte, etcétera, que también hacen y aportan un movimiento económico interesante” para el país.
Desde su punto de vista, no basta con mencionar cifras para mostrar en dónde se ve ese movimiento económico; sino que “basta con mostrar y ‘tangibilizar’ (sic) las cosas, y creo que la mejor manera, con respecto a este producto Dakar, es ir a las regiones por donde pasó la competencia, ver qué es lo que ha pasado con la oferta hotelera de 2011 versus la oferta hotelera de 2015. Estoy hablando de cifras muy redondas: por ejemplo, pasar de 1.020 camas en todo Uyuni a casi 3.500 este año en el mimo lugar”.
Indicó que en la tercera edición del Dakar se logró generar “105 millones de dólares en movimiento económico. ¿Cuáles son las razones de la diferencia (respecto a la primera)? Cuatro días de competencia, o sea se incrementó el tiempo de turismo, de viaje, de gasto” de la gente visitante. Su conclusión es que “el aspecto económico nos demuestra que la inversión reditúa”.
Los datos
Difusión
“El otro efecto importante es la mediatización, la difusión del país, de la marca y de las regiones. Lo que Bolivia puede mostrar, exportar y atraer”.
Inversión
“Hace cinco años, en Turismo la inversión en el país no superaba los 100.000 bolivianos, hoy ésta es retroalimentada con el mismo Dakar”.
Autoestima
“Bolivia gana en autoestima, el orgullo de esta cohesión social a partir de una competencia deportiva”.
Gobierno es el que da visto bueno a la ruta
El Gobierno cuida por dónde pasa el Dakar, en tal sentido, la Amaury Sport Organisation, dueña de la carrera, tiene primero que pedir autorización para hacer el trazado. Ello para cuidar que no se deterioren sectores patrimoniales. El viernes, el director de la ASO, el francés Etienne Lavigne, dijo que se busca la posibilidad de que la carrera pase por los arenales “que hay entre Oruro y La Paz”, aunque dependerá de que el Gobierno lo autorice.
“La ASO propone una ruta de competencia, que es puesta a consideración de diferentes instituciones: Ministerio de Medio Ambiente y Agua, Ministerio de Culturas y Turismo, tenemos que autorizar primero. Nunca se dio el okey a todo lo que nos han propuesto porque en algunos casos pasaban por bofedales, áreas de protección alta, sitios patrimoniales; entonces, siempre se han modificado”. La competencia tiene que garantizar todo un estudio de impacto ambiental, es decir, lograr una certificación y un visto bueno.
Informó que el impacto es mínimo porque el Dakar en Bolivia nunca hace campo traviesa, “que es correr por donde les da la gana”. Las tres versiones anteriores tuvieron la característica de que lo hicieron por caminos secundarios o terciarios, es decir, caminos que ya fueron impactados”.
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