En su paso por Tucumán, el piloto decidió escuchar el grito de las personas que se encontraban al costado del camino. Querían que Gordon acelere sobre un charco y salpique agua hacia donde ellos estaban ubicados. Simple. “A mi juego me llamaron” habrá pensado el ‘Chico Malo’, que enseguida se dispuso a hacer realidad el deseo de los presentes.
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