La barcelonesa, novena en la clasificación absoluta en 2015, competirá por novena vez en el Dakar, que en esta edición se disputará íntegramente en Perú, y a tal efecto pondrá rumbo a Lima con todo el material necesario: monos, botas, cascos, gafas y otros artículos imprescindibles para afrontar esta aventura.
Laia Sanz calcula que su equipaje pesará unos 150 kilos, sin incluir el material que cada equipo oficial envía en barco meses antes a la sede de la competencia.
En ese peso figura toda la ropa que utilizará durante la prueba, incluyendo aquella de la que dispondrá cuando llegue al campamento tras cada etapa.
Se llevará también la tablet y un libro para el largo viaje; un secador que, más allá de perseguir una finalidad puramente estética, en este caso tiene otro objetivo.
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