Loeb, tercero en la segunda etapa que tuvo como punto de salida y de llegada la ciudad de Pisco, explicó que el recorrido tuvo dunas lisas y otras cortadas, lo que aumentaba la dificultad.
No obstante, el francés, que cuenta los días que quedan para dejar atrás las etapas arenosas y centrarse en los tramos rápidos sobre pista, que son su especialidad, consideró que fue una buena etapa para él porque no perdió demasiado tiempo y además tenía frenos, no como en el primer día.
“La navegación sobre el desierto es dura. Hoy (ayer ) fue muy complicado porque me costó encontrar el último punto de control antes de dirigirme a la meta”, comentó Loeb, nueve veces campeón del mundo de rallys.
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