“Hemos buscado ir contra la evolución, porque los avances técnicos matan un poco la aventura. La aventura está en lo imprevisible, en la sorpresa, y el Dakar siempre ha sido aventura”, analizó para Efe el director de la competición, el español Marc Coma.
Para ello, la edición que comenzará el próximo 2 de enero en Buenos Aires tendrá etapas “difíciles de gestionar para los participantes”, que deberán pensar en algo más que en pilotar y navegar. “No podrán salir por la mañana pensando exclusivamente en rodar a fondo”, agregó.
Recién llegado a la organización del rally, Coma ha aportado sus pequeños toques, como la de modificar completamente el orden de salida de la etapa del valle de Fiambala, a tres días del final del rally el 16 de enero en Rosario.
“Saldrán los pilotos en función del tiempo que hayan marcado la víspera y mezclados coches, motos y camiones, lo que hará mucho menos predecible la carrera. Tendrán más protagonismo los copilotos de los coches y para las motos será más complejo”, dijo.
EFE
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