Para Linares, el colombiano que más ha participado en esta carrera, la más arriesgada y peligrosa del mundo, “Dakar es la experiencia de vida más grande, implica tenerle respeto, sacrificio, dedicación y perseverancia. En ella se debe tener una estrategia preconcebida, mucha resistencia, pericia y algo de suerte”.
Y para esta nueva presencia de Linares, quien no pudo terminar ninguna de las ediciones previas, su equipo, el Dakar Café de Colombia, le dispuso de una camioneta Nissan Navara. Cruzar, por primera vez la meta, es su sueño. Sólo en una ocasión Colombia terminó la prueba, el año pasado, con cuatro motociclistas.
Y es que, como lo advierte el director de la competencia, Étienne Lavigne, “el Dakar es un evento nómada y todos los años exige nuevos desafíos”.
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