martes, 10 de enero de 2017

Uyuni armó una fiesta para recibir a los pilotos

Pese a que este año no hubo un gran despliegue de gente, ni el armado inmenso de una infraestructura ayer la ciudad intermedia de Uyuni recibió con gran algarabía a los titanes del Dakar.

Ayer, la séptima fase sufrió un recorte en la etapa cronometrada y el ingreso a la Hija Predilecta de Bolivia fue en tramo de enlace. La gente no dejó de vibrar con las máquinas que hicieron su paso por la tarima que fue armada en la intersección de la avenida Abaroa y la avenida Potosí.

La etapa maratón se inició a dos kilómetros de la población de Orinoca y tras recorrer más de 800 kilómetros los pilotos fueron recibidos por los bolivianos que llegaron hasta Uyuni para presenciar la competencia.

Al ser la séptima fase una etapa maratón los pilotos tras ingresar la vivac instalado en el Regimentó de Infantería 4 LOA se pusieron a trabajar solos en sus máquinas con miras a la octava etapa que se corre hoy desde la ciudad de Uyuni hasta Salta, Argentina.

La gente se asentó a lo largo de las calles de Uyuni con una bandera boliviana en mano la cual flameó en alto tras el paso de los corredores.

Tras cinco horas de espera, a las 15:19 arribó a la tarima armada en Uyuni la máquina número seis del francés Adrien Van Beveren. Segundos después arribó el portugués Paulo Goncalves.

Pese a que las maquinas más esperadas en este caso los camiones arribaron cerca de la noche a la Hija Predilecta, la gente no se movió de sus lugares hasta altas horas de la noche con el fin de presenciar el arribo de los monstruos del Dakar y el paso de los competidores bolivianos.

El primer boliviano en ser recibido en Uyuni fue el cruceño, Juan Carlos Salvatierra que fue recibido por las autoridades nacionales y Departamentales a las 15:49.

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