El español Carlos Sainz, que este año corre con la marca wolkwagen Peugeot, ayer no pudo sortear la cañada del duende situada a unos tres kilómetros de la ciudad de Tupiza.
El bicampeón del mundo en ralis ayer llegó con gran velocidad a una curva en el trayecto entre Toroya y Tupiza. La polvadera que había evitó que el español divise la curva cerrada y sufrió un vuelco de campana que, para su fortuna, sin daños.
Tras dar tres giros y precipitarse al fondo del cañadón, la gente que estaba en el lugar acudió al auxilio de los dos tripulantes de la maquina 304. Con la ayuda brindada, el español logró sacar del barranco el vehículo que estuvo varado a un lado de la curva por más de dos horas.
La asistencia médica a bordo de un helicóptero llegó para ver cómo estaban de salud los dos pilotos. Al son de "campeón, campeón, campeón", la gente que estaba en el lugar dio los
ánimos necesarios a Sanz que, tras el accidente, mencionó que la carrera terminaba para él en ese momento.
Sainz y su copiloto, el ibérico Lucas Cruz, pusieron la soga al vehículo con el objetivo de ser remolcado el resto del
tramo que restaba en la cuarta etapa del rali Dakar. Entre el vivac y el punto del accidente existía aproxi
madamente 27 kilómetros, los cuales Sainz pasó estirado por su compañero de equipo.
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