jueves, 12 de enero de 2017

Mucho enlace, poca carrera

El Dakar fue una fiesta en Bolivia sin duda, pero dejó un sabor a poco en cuanto a la carrera: computados los kilometrajes cronometrados, no se disputó ni la mitad de los que estaban previstos.

“Hubo mucho enlace (recorrido en caravana); en cambio, corrieron poco, parece más bien que vinieron a pasear”, se enojó Juan, un espectador, poblador de Uyuni, que tenía ganas de ver a las máquinas en competencia y tuvo que conformarse con verlas pasar a menor velocidad debido a los recortes que hubo por el mal tiempo.

La Amaury Sport Organisation (ASO) programó etapas extensas, en su mayoría, dentro de Bolivia. La advertencia hecha por el director deportivo, el expiloto español Marc Coma, de que iba a ser un rally duro tenía sustento en eso y en la altitud. Así, estaba previsto que las especiales hicieran un total de 1.595 kilómetros. Sin embargo, el desenlace fue otro, porque solo fueron 606 km.

Influyó de gran manera que no se hubiera desarrollado la sexta etapa Oruro-La Paz, anulada por completo como consecuencia de lluvias torrenciales.


Por primera vez Bolivia fue anunciada como país protagonista de primera línea con cinco etapas y seis días —incluido el de descanso—. Empero, la verdadera acción de motos, cuadriciclos, coches, UTV y camiones se redujo demasiado.

Hubo pilotos que en más de un campamento protestaron: “No queremos enlaces, venimos a correr”. Otros, en cambio, comprendieron que las decisiones de hacer recortes tenían que ver con preservar la integridad física de los corredores.

El ingreso a territorio nacional (el jueves 5) no tuvo cambios, pues los 52 km cronometrados que estaban planificados se respetaron íntegros.

Todo cambió a partir de la quinta etapa (Tupiza-Oruro, viernes 6). Debían ser 447 km de especial, pero se redujeron y fueron 219 km. “Los pilotos no abordarán el segundo tramo previsto de especial después de la neutralización. ¿La razón? Pista impracticable debido a las malas condiciones meteorológicas camino de Oruro”, fue el comunicado que dio la ASO.

Fue tan intensa la lluvia ese día que el campamento orureño, ubicado en Puerto Seco, terminó inundado en minutos, era un lodazal, hubo máquinas enfangadas, era imposible caminar y menos trabajar en mecánica.

Por la noche se hizo el peor anuncio de todos: la sexta etapa (Oruro-La Paz, sábado 7) fue cancelada en la totalidad de la especial cronometrada (527 km) por las inclemencias del tiempo, de manera que viajaron, en enlace, por la carretera principal hasta la sede de Gobierno.

“El equipo de reconocimiento enviado por la organización ha constatado que el terreno por el que debía discurrir la etapa se encuentra cada vez peor, por lo que queda cancelada la 6ª etapa entre Oruro y La Paz”, comunicó la ASO.

La determinación no afectó el gran recibimiento que tuvo la caravana en La Paz, donde fue colocada una rampa en la plaza San Francisco. El cariño del público nacional se hizo sentir desde El Alto hasta el Colegio Militar, donde estuvo ubicado el campamento.

Tras el día de descanso del domingo 8, el lunes 9 se corrió la séptima etapa (La Paz-Uyuni), que también sufrió modificaciones: bajó de los 322 km originales a los 161 km cronometrados.

La ASO escribió, otra vez: “La dirección de la carrera se ha visto obligada a modificar el recorrido de la etapa 7 entre La Paz y Uyuni. Desgraciadamente, las condiciones meteorológicas no han evolucionado favorablemente, por lo que se ha fijado un nuevo itinerario y elaborado un nuevo road-book. Este nuevo recorrido inédito mezcla tramos iniciales de las etapas 6 y 7. El terreno será principalmente arenoso y la distancia de la especial será de 161 kilómetros. Se verá precedida por un enlace de 400 km, seguida por un segundo enlace de 240 km”.

Finalmente ayer, en la salida de la carrera de Bolivia hacia Argentina con la octava etapa (que unió Uyuni con Salta), aunque fue pequeña, también hubo un recorte. Se corrieron 174 km de los 247 km iniciales.

“Como consecuencia de las precipitaciones de estos últimos días, la dirección de la carrera se ha visto obligada a modificar el recorrido de la etapa 8. La subida de las aguas de un río que tenían que atravesar los competidores supone la neutralización de la primera parte de la especial del día en el CP1, es decir, en el km 174. A continuación, los competidores se dirigirán a la salida de la segunda parte de la especial, situada en la frontera entre Bolivia y Argentina, mediante un nuevo enlace de 176 km”, rezaba el comunicado.

Conclusión: en Bolivia, el Dakar en carrera se redujo, este año, al 40%. El otro 60% —como dijo Juan— fue un paseo para los competidores.

Lluvia, el principal inconveniente

El principal inconveniente para que se pudiera cumplir con los tramos inicialmente planificados fue la lluvia, que cada día fue más intensa en diferentes lugares del país. Esto provocó anegamiento de tramos.

Las malas noticias, el pan de cada día

Equipos de la ASO y de la Policía Nacional de Bolivia se encargaron de ver con anticipación cómo estaban los terrenos por donde debía pasar la carrera. No hubo día, salvo el primero, con noticias desalentadoras.

Mal clima perjudicó sobre todo a Oruro

Oruro fue el departamento más perjudicado por el mal clima. Fue en su territorio donde cayó más lluvia. Su campamento quedó inundado y ello originó la evacuación casi inmediata.

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