lunes, 18 de enero de 2016

Paraguay, Uruguay y Brasil buscan ingresar en el Dakar el siguiente año

Después de superar una edición 2016 que tuvo varios problemas organizativos con la deserción de último momento de Perú y la confección en apenas un mes y medio de un nuevo trazado, la caravana del Dakar abandonó ayer Sudamérica con la promesa de regresar con una propuesta remozada y revitalizadora para 2017.
La baja por primera vez de la cantidad de inscritos, los problemas para definir un recorrido que tuvo poco de novedoso, los inconvenientes climáticos con el fenómeno "El Niño" y los recortes de etapas que derivaron en reducir cerca del 80 % los especiales cronometrados en las cuatro categorías son algunas de las cuestiones que Etienne Lavigne se lleva en su cuenta del debe.
La revisión de los requisitos para competir en el Dakar, tras el accidente del Mini conducido por la china Guo Meiling en el prólogo de Arrecifes, el control de la euforia del público sudamericano a lo largo del recorrido para evitar accidentes y las protestas de ecologistas también figuran en los puntos a tener en cuenta por parte de la organizadora ASO para el regreso el año próximo.
De los cerca de 9.600 kilómetros de travesía desde la salida de Buenos Aires hasta la llegada a Rosario, más de 4.500 estaban previstos como cronometrados.
Sin embargo, los recortes por cuestiones climáticas y la precaución por la salud de los pilotos por altura y altas temperaturas redujeron en poco más de un 80 % este total.
En motos, por ejemplo, fueron 4.065 del total de 4.684 kilómetros los que se recorrieron en especial, mientras que en coches, se tomaron en cuenta 4.045 del pautado de 4.775 kilómetros cronometrados.
A futuro, el francés Etienne Lavigne confirmó que, al menos en 2017, la prueba motor más exigente del mundo permanecerá en Sudamérica.
Por lo tanto, el reto es ahora lograr un recorrido que multiplique los desafíos, refresque el espíritu Dakar y redoble la apuesta novedosa para los pilotos de las cuatro categorías.
El primer esbozo, teniendo en cuenta las condiciones políticas, económicas y sociales de la región comprende el "formato de herradura" con la participación de los cinco países del Mercosur: Argentina, Bolivia, Brasil, Chile, Paraguay y Uruguay.
Para seducir al regreso chileno luego de la ausencia en este 2016, la organización le ofreció tener por primera vez la partida desde la ciudad de Valparaíso, en unas negociaciones que están avanzadas.
Argentina, con su cambio de gobierno y la asunción de Mauricio Macri, ratificaría su presencia como en todas las ediciones sudamericanas del Dakar, pero con una menor inversión y participación en el trazado.
Bolivia, luego de completar este año el paso de toda la caravana del Dakar por su territorio con tres días de competencia y los camiones en su trazado, apuesta a sumar más ciudades al desafío Dakar que la siempre exigente Uyuni.
Las autoridades de Uruguay y Paraguay estuvieron presentes en el podio de Rosario para tener una visión global de la organización de esta competencia.
Paraguay tendría, en el boceto inicial, dos etapas en su territorio luego de sus experiencias en el Dakar Series del Desafío Guaraní, mientras que para Uruguay estaría reservada la meta en la ciudad de Punta del Este.
Con Brasil, en tanto, las negociaciones continúan pese a la reticencia de algunos sectores del gobierno liderado por Dilma Rousseff para tener o bien un largo enlace o una etapa en el sur del país.

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