lunes, 20 de enero de 2014

Wálter, campeón sin corona del Dakar

"No se qué decir... el recibimiento que se le hizo a Wálter hoy (por el viernes) fue impresionante, sobrecogedor...”. Así se expresaba Juan Antonio Terán, el brazo derecho de Wálter Nosiglia, cuando el chuquisaqueño recibía pleitesía en las plazas Murillo y Camacho.
Nosiglia sólo atinó a dar las gracias a la multitud, mojado por la lluvia, que después le ocasionó un fuerte resfrío que le impidió de recibir el homenaje de la Gobernación, el sábado por la mañana. Fue el homenaje del pueblo a Nosiglia, un auténtico campeón sin corona del Dakar, destacó por lo que hizo, no sólo competitivamente, sino incluso por la caballerosidad que mostró en el Dakar. El argentino Marcos Patronelli abandonó en la tercera etapa, tras perder el control de su cuadratrack, que terminó embarrancado 400 metros. El rioplatense le agradeció a Nosiglia porque le ayudó a salir del peligroso barranco, resignando varios minutos. "Hice lo que debía, a mí también me ayudaron”, dijo en su momento el chuquisaqueño. La locura total fue el ingreso a Uyuni, donde Nosiglia recibió el cariño de la afición, que le hizo llorar de emoción. "Muchas gracias, ¡viva Bolivia!”, gritó a poco de su arribo a la meta, ante los vítores.



Nosiglia estaba realizando un carrerón, hasta que llegó el día de la partida en la décima etapa. Wálter no pudo concluir su sueño de terminar el Dakar porque la camioneta de auxilio de Pieter Ruthvien se llevó por delante todas sus ilusiones. Lloró, se abrazó desconsoladamente a un piloto que no conocía, su máquina estaba inutilizada. Tuvo que abandonar sin condenar a nadie, así lo hizo, pero Bolivia ya había decidido cataputarlo como héroe nacional.




"Wálter vivió todo esto con pasión, como todo lo que él hace, con su genio, su temple, con su fe en Dios.
Eso lo mueve, lo afana, lo apura, lo carga y lo hace disfrutar plenamente, él es así, un templario buscando dar lo mejor de sí, es un grande.
Lo del abandono no tiene palabras, un accidente. Indescriptibles sensaciones, frustración y alegría, misión cumplida mientras se tuvo control...”, volvió a hablar Terán, quien estuvo en las buenas y en las malas en el Dakar.

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