lunes, 13 de enero de 2014

Uyuni levanta campamento tras el paso del Dakar 2014

La mañana del lunes, Uyuni se desenvuelve distinta a los días previos al paso del Dakar. Esta vez las calles están llenas de vehículos cargados de equipaje y vendedores ambulantes de todo tipo de objetos que rematan mercadería antes de partir.

El gran contingente policial se montaba en camionetas y vehículos provenientes de las ciudades de La Paz, Cochabamba, Potosí, retomando el rumbo de origen.

'Yo no vivo aquí, he venido de Potosí para vender mis mercancías hasta agotarlas. Si quieres, te puedo dar esta polerita del Dakar para tu recuerdo, en 30 pesitos (poco más de 4 dólares)', ofrecía don Manuel en la puerta de la Alcaldía de Uyuni, mientras acomodaba el saldo en una camioneta.

Los campamentos dispuestos en las calles y escuelas, algunos con carpas y otros de manera improvisada con lonas y palos largos de todos los tipos de material, empezaron a desaparecer poco a poco en el centro de la ciudad.

El terminal de autobuses, ubicado en la calle Arce, ofrecía pasajes a La Paz hasta las 8 de la mañana y al que llegue tarde, si tiene suerte, le queda la opción de buscar un bus nocturno que parte a las 8 de la noche y llega en la madrugada a La Paz.
Víctor Gonzáles, un hombre de 83 años, se había aproximado al improvisado terminal después de las 9 de la mañana y no pudo encontrar más que algunos pasajes en omnibuses que salían sólo a partir de las 8 de la noche por un valor de 120 bolivianos.

'Yo tengo miedo de viajar de noche, pero dicen que no tengo otra opción, sino debo esperar otro día más', comentaba don Víctor en la oficina de Panasur, empresa de encomiendas y pasajes de bus.

De la misma forma, los vuelos de las líneas que aterrizaron en la Joya Andina de Uyuni lamentaban que los pasajeros no previeran comprar pasajes de ida y vuelta, porque los retornos estaban todos llenos hasta el día miércoles.

Para quienes no podrán retornar hoy a sus ciudades de origen por falta de previsión, la opción de pasear una vez más por el Salar de Uyuni, se presenta como una última oportunidad de tocar el cielo con las manos.

'Hemos buscado un taxi que nos lleve, pero dicen que es mejor esperar hasta la media tarde, porque parece que todos hemos tenido la misma idea y la carretera de ida al Salar está atascada de vehículos', comentó una joven que con mochila en la espalda buscaba otra opción turística para el tiempo que le resta en Uyuni.

El Dakar sigue su curso hacia Chile y, en Uyuni, queda el sabor de haber sido el centro de la atención deportiva mundial y el deseo de repetir el sueño de formar parte de la competencia de Rally más importante del mundo.

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