sábado, 11 de enero de 2014

Pascual sobre la quinta etapa: Nos metieron en el infierno



"Me deshidraté. Nos metieron en el mismísimo infierno. De casualidad pude pedirle agua a una ambulancia". Así, con esas duras palabras, comenzó su relato el motociclista cordobés Pablo Pascual, que el jueves abandonó en la quinta etapa del Rally Dakar.

De arranque, la cosa arrancó mal en el tramo que unió Chilecito con Tucumán: las temperaturas agobiantes y la gran cantidad de pilotos exhaustos y perdidos, obligaron a los organizadores a cancelar uno de las etapas de ayer, que en principio contemplaba unos 900 kilómetros.

Y el corredor de Villa Dolores fue uno de los tantos competidores que ayer dijeron basta. “Veníamos de dos días maratón, (sin asistencia mecánica), dos días durísimos. Pensábamos que hoy iba a ser una etapa más suave. Nadie ha pensado en la vida de los seres humanos, fue una verdadera masacre”.

Pascual, que antes de deshidratarse fundió el motor de la Kawasaki RPM con la que competía, abandonó en el kilómetro 145, a 70 de finalizar la jornada. “La moto levantó temperatura, fundió y no pude seguir más”.

“No sé el número oficial, pero yo pienso que hoy se bajaron como 80 pilotos. Yo vi motos quemadas, autos quemados, gente prácticamente muerta, totalmente descompensada. Vi a personas que tuvieron que revivirlas”, lamentó el motociclista.

-¿De qué más te acordás?

-Cuando la ambulancia me buscó, recogimos a otros pilotos que estaban muy mal. Me quedó marcado un español, desnudo completamente al borde de la ruta. Estaba perdido, los ojos los movía para todos lados, corría en la arena y gritaba. Luego se desmayó.

-¿Sabés quién era?

-No sé el nombre, pero lo vimos luego en el aeropuerto de Belén. Lo habían metido en una cama con hielo y no lo podían estabilizar. Estaba prácticamente muerto.

-Fue un día para el olvido…

-Sí, tengo una gran amargura. Había pasado dos etapas complicadas. Hoy (por ayer) venía bien, pero era imposible seguir. Gente con mucha experiencia en el Dakar me dijo que nunca hubo una etapa así de dura.



De cal y de arena

El resto de los pilotos soportó como pudo los 47 grados de sensación térmica que se vivieron en Tucumán.

En la categoría cuatriciclos, el joven Jeremías González Ferioli soportó bien la agobiante jornada y se posiciona octavo en la general.

“La etapa empezó a campo traviesa, bastante bien. Después nos metieron en un lugar con piso muy blando, los quads recalentaban y se hizo eterno. Encima nos empezaron a pasar los autos y camiones”, contó Jeremías.

Al ser consultado sobre las expectativas para lo que viene, dijo: “Falta mucho, todavía podemos seguir sumando. Entrené muy fuerte el año para no venir a sufrir”.

“Me sorprendió la cantidad de pilotos tirados que vi. Estos tres días fueron un filtro para la carrera, esto demuestra lo duro que es este Dakar”, agregó el benjamín de la competencia.

En esta categoría, el día anterior había abandonado Lucas Bonetto, que si bien todos lo catalogan como “fueguino”, es cordobés. El piloto de Laspiur era la esperanza argentina en quads tras la deserción de Marcos Patronelli.


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