viernes, 3 de enero de 2014

Las última parte de la carrera vuelve a la esencia del Dakar El desierto decidirá a los ganadores

La esencia del Dakar es el desierto. Las dunas africanas construyeron la leyenda del rally y Atacama ha decidido recoger el testigo. Los pilotos deberán adentrarse en el desierto chileno en las dos etapas más largas del rally. La primera con salida en Iquique y final en Antofagasta dejará 631 kilómetros de especial. La segunda con final en El Salvador no se queda corta con 605 kilómetros de especial. Las dos etapas serán sin disociar.
Las dunas, los atascamientos, la arena, los problemas mecánicos y el calor volverán a ser los jueces de la carrera. Todo lo que se haya conseguido hasta llegar al desierto no servirá de nada si no se supera al que es el juez histórico del rally.
Si los pilotos lo logran el camino hasta Valparaíso serán dos etapas más sencillas pero no menos peligrosas. Muchos han perdido la carrera o el objetivo de terminar en estas etapas finales de transición porque el Dakar no admite confianzas.
La meta de Valparaíso será la entrada en el Edén para los pilotos que hayan conseguido llegar hasta aquí. Tras dos semanas de infierno sobre ruedas se reencontrarán con sus familias y algunos otros encontrarán la gloria de ser los vencedores. Los pilotos habrán completado un recorrido más duro, más largo y más alto que los últimos años. Un trazado que hace olvidar el origen africano de la carrera y que abraza a Sudamérica como continente adoptivo.
"El Dakar siempre es difícil, es el rally más duro del mundo. Con dos días de etapa maratón estamos volviendo al origen de la disciplina en África, sin logística de apoyo para las motos”, aseguró el francés Etienne Lavigne, director de la prueba, al momento de definir la edición que arranca el domingo.

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